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marzo 23, 2021

Lluvia de ayudas

Las consecuencias negativas de la dichosa pandemia mundial del virus SARS-COV 2 tiene tentáculos insospechados. Sobrepasado ya el primer año que ha sido, diría yo, el del shock por parte de la sociedad y el ámbito económico, ante las consecuencias sanitarias de la pandemia, toca encarar una nueva etapa. Etapa en la que ya hemos asumido de qué va este virus, cómo combatirlo y qué medidas funcionan y cuáles no. Se ha visto claro que era una batalla a medio y largo plazo, no a corto como esperaban empresas y administraciones públicas, que pensaban que esto era una cosa de 3 meses.

Se han visto las carencias de una maquinaria burocrática en las administraciones, que no han sabido o podido hacer frente a poder ayudar a los sectores más afectados por la pandemia, léase hostelería, restauración, transportes, todas las actividades relacionadas con el turismo y en un menor grado el comercio en general.

Los tiempos son importantes y este virus no ha dado tregua, su expansión ha sido muy rápida y para evitarlo había que cerrar todo y rápido. Estos tiempos no han podido ser contrarrestados por un sistema de subvenciones y ayudas tradicional con el cual las administraciones no son capaces de poner los recursos económicos en manos de los negocios como muy pronto en unos 4 o 5 meses, todo un mundo comparado con la velocidad a la que hay que tomar decisiones para poder bajar una incidencia acumulada o una saturación hospitalaria que en tan sólo 2 semanas se puede descontrolar. Un sistema garantista, diseñado como el que tenemos para que se cumplan las máximas garantías de transparencia y objetividad de acreditar situaciones, sumado a una infraestructura funcionarial que no es rápida por definición, hace que las ayudas lleguen tarde y a veces se tiene la sensación de que no llegarán nunca.

Después de un año todos hemos aprendido, y las administraciones, tanto Gobierno, como comunidades y ayuntamientos locales, también. Por fin se ve una acción decidida a dotar de ayudas directas a los sectores más desfavorecidos, y que podrían coincidir en el tiempo. Por un lado, el Gobierno anuncia 11.000 millones de ayudas directas para hostelería, comercio y turismo fundamentalmente. Por otro lado, los fondos europeos cada vez están más cerca de cristalizar en el BOE en forma de subvenciones y proyectos. Las comunidades autónomas también han reaccionado, en la Comunidad Valenciana se ha dotado de 400 millones de euros al Plan Resistir, el cual se le quiere dar una agilidad inédita. Y en el cuarto escalón, tenemos unos sufridos ayuntamientos, que han sido el primer muro de contención ante las críticas y manifestaciones de hosteleros, comerciantes, sector de la cultura, etc.

FDO. Bernardo Sánchez Moreno
Graduado Social y Responsable de Gestión Laboral de ILLICE AUGUSTA CONSULTORES ABOGADOS

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